Gil Caroz
La institución es una manifestación del
discurso del amo. El antiguo paradigma de la institución es el Edipo familiar.
(1) No obstante, definiendo el mundo contemporáneo con la expresión Después del
Edipo, Jacques-Alain Miller nos invita a ampliar nuestra grilla de lectura de
las instituciones sociales o sanitarias. Después del Edipo otras éticas han
venido a orientar las instituciones, supliendo el debilitamiento del lazo
familiar y ocupando el lugar que el padre ha dejado vacante. En este nuevo
paisaje institucional, los casos más felices son aquellos que se dejan orientar
por el psicoanálisis.
En el Campo Freudiano, se estudia desde
hace muchos años la cuestión del modo de presencia del psicoanálisis en una
institución. Se percibe que el practicante que cuenta con la experiencia del
psicoanálisis tiene a menudo una relación justa y un saber-hacer inédito con lo
real de la clínica. Este es el punto que queremos explicitar durante las
simultáneas de PIPOL 6.
Acerca del discurso y de la lalengua en
institución
La orientación psicoanalítica en
institución pasa por un esfuerzo de bien-decir, decir mejor, decir de otra
manera. En lugar de "roba todo el tiempo", se prefiere:
"descompleta al Otro". En lugar de "es muy violento", se
prefiere: "pasa al acto a menudo" (el pasaje al acto es considerado
como una palabra que pasa al "hacer" por no poder decirse). En lugar
de "es hiperactivo", se prefiere: "el goce le hace retorno en el
cuerpo".
Este esfuerzo de arrancar el discurso
ambiente de la institución de las coordenadas imaginarias, educativas o
"científicas" del acontecimiento clínico a fin de localizarlo en la
estructura, no es un simple humanismo de buenas intenciones ya que, cuando se
dice las cosas de otra manera, se las modifica. Con el tiempo, estas fórmulas
se vuelven parte del lenguaje institucional que determina la política de la
institución ante lo real de la clínica. Al mismo tiempo, un practicante que ha
hecho la experiencia analítica reinventa cada vez, en función del caso, un
bien-decir inédito que se desplaza respecto del lenguaje institucional común
sea cual fuere.
¿De dónde viene esta capacidad de
invención?
Al hacer la lectura de su propia lalengua en
su experiencia analítica, el practicante se vuelve disponible a la lalengua del
otro. Lee en la narración del sujeto aquello que está escrito más allá de la
pantalla de este lenguaje. Esta lectura del lenguaje más privado de un sujeto
permite al practicante responder de manera inventiva, más allá del lenguaje
institucional.
La institución como lienzo de la letra
Leer la lalengua no siempre necesita este
esfuerzo de atravesamiento de la narración del sujeto, pues a veces la lalengua
está a cielo abierto. En ese caso, el practicante se inmiscuye en esta lalengua
participando y alentando al sujeto a elaborar un trabajo de la letra,
enriqueciendo así su lalengua, sin insistir en comprender ni precipitarse a
añadir un sentido a este lenguaje privado. Todos los elementos de la estructura
institucional están a disposición para implementar este trabajo de la letra:
los espacios, las puertas, los vehículos, las actividades, los talleres, etc.
Entonces esta cooperación "sujeto-practicante" puede trazar circuitos
pulsionales y circular allí, bordear un goce enloquecido que salpica los
alrededores, pluralizar al Otro perseguidor y demasiado consistente, condensar
fuera del cuerpo un goce que invade al sujeto, encontrar un enjambre de
significantes que permitan al sujeto comprometerse en la vía de un sinthome singular.
Del lenguaje privado al lenguaje público
Pero no solo está la letra. En otros casos,
el lazo de trabajo se teje arrancando al sujeto de la dimensión autística de su
lalengua para volcarla en el lenguaje. Esta operación, que va del lenguaje
privado al lenguaje público es una aplicación del principio lacaniano que
concierne a los niños autistas: "seguramente hay algo para decirles".
(2) Así, este principio se extiende más allá del autismo stricto sensu hacia la
dimensión autística de todo sujeto. Se trata justamente de hablar con aquello
que no se dirige al Otro introduciendo la lalengua en el diálogo. El
practicante somete entonces al sujeto la hipótesis del Otro del código. El
sujeto dice: "aïne né ka la audornuit?", y el practicante le
responde: "pero sí, Nadine está aquí hoy, está en la cocina". La
sustancia institucional no sirve aquí de lienzo para trazar la letra sino que
ofrece la materia para la construcción del Otro.
Un elemento mayor en esta construcción del
Otro es la reunión de equipo. Esta opera como un más allá del practicante al
cual éste puede referirse. Si toda sesión analítica implica la presencia del
Otro del lenguaje como tercero, la reunión da a menudo la consistencia
necesaria a este tercero en el trabajo institucional. Este lugar de más allá en
el cual la palabra se encarna en varias voces que se intercambian, aligera el
peso de la relación imaginaria entre practicante y residente, forjando una
forma de dialéctica allí donde había certezas.
Tener la experiencia del psicoanálisis
Como hemos dicho, hay que hacer la
experiencia del psicoanálisis para leer la lalengua. En primer lugar la propia,
luego la del otro. Hay que hacer también la experiencia del propio goce, para
poder manejarlo en el encuentro con el otro, sin pasar por el padre, la
castración, la justicia, la moral. Hay que pasar por el diván para prescindir
de los ideales de una institución y servirse de ellos al mismo tiempo.
Sin embargo, el saber hacer del practicante
no está establecido. Aunque este saber no se sabe hasta que el análisis
termina, no obstante atraviesa tanto el saber que se elabora en la institución
como la doctrina psicoanalítica en general.
Pues bien, el proyecto audaz de las
simultáneas de PIPOL 6 será abordar, mediante los dichos, ese punto indecible,
poniendo en evidencia el triángulo que se forma entre el caso, la institución y
la experiencia del psicoanálisis del practicante. Los practicantes-analizantes,
sean o no analistas, hablarán a partir de un caso, de la manera en la que han
podido apoyarse en su propia experiencia del psicoanálisis para leer lalalengua,
sostenerla, volcarla en el lenguaje público y manejar el discurso de la
institución para extraer y sostener las soluciones inventivas del sujeto.
Traducción: Laura Petrosino
* Introducción a las simultáneas clínicas de Pipol 6. Publicado en: PIPOL NEWS 13 – 07/01/2013
1. Laurent, E., "Institución del
fantasma, fantasmas de la Institución", Hay un fin de análisis para los
niños, Colección Diva, Bs. As., 1999.
2. Lacan, J., "Conferencia en Ginebra
sobre el síntoma", Intervenciones y textos 2, Manantial, Bs. As., 1989.