martes, 26 de agosto de 2014

¿Violencia contra las mujeres o contra lo femenino?




Elisa Alvarenga

El mundo globalizado nos coloca en contacto con la violencia contra las mujeres, en los sitios más distantes y diferentes, confirmando su carácter universal y transversal; conforme propone Miquel Bassols, Presidente de la Asociación Mundial de Psicoanálisis, el fenómeno aparece, tanto en lugares como en épocas distintas.

Mientras evidenciamos el carácter brutal y cotidiano de los abusos que ocurren en la India, algunas investigaciones de opinión realizadas en el Brasil consideran que la forma como se visten las mujeres configura uno de los factores que causan los ataques sexuales, de los cuales ellas serian víctimas.

En América del Sur, la violencia contra las mujeres es un problema que enfrentan varios países, con índices preocupantes de feminicídios, especialmente en Bolivia; asunto que es objeto de reflexión de varios colegas. Para nosotros psicoanalistas, no se trata apenas de proteger a las mujeres de sus verdugos, se trata de alertarlas de su propio modo de goce.

En Guatemala, en una conversación con profesores de universidad, de un programa de posgrado en Psicología social y violencias políticas, nos encontramos con la sorpresa de escuchar, de una de las profesoras más antiguas, una pregunta: “¿cómo puede el psicoanálisis ayudarnos a hacer algo por estas mujeres que, después que denuncian a sus compañeros y logran encerrarlos en una prisión, van luego y los recogen, para continuar viviendo con ellos?”. Los atolladeros del goce femenino están presentes en todo el mundo y el discurso del maestro no sabe cómo domesticarlo: ni con el Nombre-del-Padre, ni con las cifras.

El goce femenino no es apenas un asunto de mujeres, dice el título de las próximas Jornadas de la Nueva Escuela Lacaniana. De hecho Lacan, en el Seminario 20, nos muestra que una mujer puede inscribirse del lado masculino de las fórmulas de la sexuación, así como un hombre puede inscribirse del lado femenino, no-todo.

Un caso ocurrido en Brasil nos ayuda a pensar la relación de la violencia con el goce femenino: un hombre mata a su mujer, aparentemente por celos; en seguida se dirige a un motel y se mutila, hasta que muere. Él parece matar en si mismo ese goce, en exceso, que no puede matar en el Otro y que invade y sacrifica su proprio cuerpo. Esta violencia que ataca en el Otro el goce puede estar también en  el origen de la violencia contra los homosexuales, cuando ataca en ellos este goce no reconocido como propio, por aquello que ataca.


Situaciones que el psicoanálisis, al dar la palabra a la víctima de violencia o a quien pasa al acto, puede ayudar a elucidar y a contener, permitiendo un otro tratamiento para aquello que no tiene nombre... y nunca tendrá.