Constanza Ramírez Molano
Hasta ahora es el título con el que será nombrado un documental que
relatará la historia de Colombia durante un periodo específico y con un punto
de vista definido: El mío.
Para el asunto que nos ocupa esta noche: la presentación de un producto
de cartel, se trata de exponer el recorrido del trabajo desde la pregunta
inicial hasta lo que hoy resulta.
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A raíz de una experiencia anterior en la que trabajé como productora
documental, su directora proponía denunciar las verdades del acontecer nacional
mostrando, cito sus palabras: “las imágenes crudas de la realidad. El arte es
el que permite que esto se muestre sin censura”.
Inicialmente fue una cuestión estética la que me resultaba chocante y no
tenía muy claro si ella con su posición radical tenía razón y esta era la
oportunidad de mostrarlo TODO.
Ahí surge la pregunta con la que llego al cartel: ¿cómo representar la
violencia? Busco una manera no explícita y que permita al espectador interrogarse
sobre eso que se le está presentando; es su fantasma, su objeto a mirada o su deseo el que le permite mirar en eso
que ve, no hay otra forma. Una imagen no significa lo mismo para todos, el ser
hablante afectado por el lenguaje mira más allá de lo que ve.
Ahora el concepto mirada entra a jugar como central en el desarrollo de
este trabajo, desde ahí se entiende cómo lo importante se instala desde el
creador de imágenes y su comprensión de que no se trata de qué mostrarle a cada
uno sino qué es lo que quien crea quiere y debe mostrar, ya cada espectador
fijará su propia mirada en lo que ve.
Sobre la mirada hay un párrafo en el capítulo La Esquizia del ojo y de la mirada del Seminario XI de Lacan, que
insistentemente me mira y que acá recorto:
“En nuestra relación con las cosas, tal como
la constituye la vía de la visión y la ordena en las figuras de la
representación, algo se desliza, pasa, se transmite, de peldaño en peldaño,
para ser siempre en algún grado eludido –eso se llama la mirada.”[1]
Pues bien, ahora el asunto es pensar el cine como mirada, mí mirada, la
mirada de quien dirige, de quien poniendo su punto de vista allí pone su
subjetividad exponiendo algo de su ser y de eso hay que hacerse responsable,
por eso es tan difícil llegar hasta allí.
No se trata solamente del qué mostrar, sino que hay algo que condiciona
el acto de crear la imagen y es quién crea. Quien crea pone en el escenario su
subjetividad. Esa es la cuestión. Así, paso de la pregunta de cómo representar
para que… al qué quiero yo poner ahí.
Mostrarlo todo es hacer eco del imperativo de goce, se trata entonces de
hacerlo, pero de otra manera quizás dando cuenta de una elaboración donde sea
el vacío el que pueda mostrar ese real porque si se muestra de otra manera,
precisamente lo que hace es obturarlo.
La creación de un documental
De la denuncia, al vacío
de la pregunta:
¿Por qué nadar
contracorriente?
Al principio
era claro que la contracorriente de la que se trataba era ir en contra de la identificación
de la masa con ese ideal de país, comandada por un líder que a su vez es
seguido por la masa, muy por la línea y con las condiciones y características que
analiza Freud en su Psicología de las
masas y análisis del yo. Es más, parece que ese líder, o alguno de sus
asesores, se hubieran inspirado en el texto freudiano.
La manera de nombrar las cosas deja
ver mucho del rasgo de quien nombra y eso fue lo que sucedió, pero la
contracorriente va más allá de este enunciado, se trata de pasar de la denuncia
histérica a la pregunta ¿por qué nadar contracorriente? Como una manera de crear
el vacío, de interrumpir algo en esa cadena al que todos están identificados.
Proceso creativo, busco formas de vacío… la pregunta y el silencio.
Escribir sobre el silencio como metáfora para oponerlo al ruido
incesante de los noticieros que como banda sonora potencia las emociones que
las imágenes por sí mismas no logran expresar. Una forma de vacío: el silencio
como oposición al ruido noticioso.
Creando imágenes: cuando un creador de imágenes crea mostrando algo de
la cotidianidad tiene un plus y es precisamente el velo, porque muestra pero no
muestra, y en ese juego hace que aparezca el objeto como causa. Ahí voy.
* Producto del Cartel “Violencia & Psicoanálisis”. Bogotá, Mayo 21 de 2013