lunes, 16 de diciembre de 2013

Ecos de ENAPOL





Entrevista a Miquel Bassols (haga click)
















Entrevista a Miquel Bassols


Freud vs. las neurociencias
La vigencia del Psicoanálisis

La relevancia de su modelo en un mundo en el que el cuerpo está cada vez más fragmentado e invadido por la tecnología

Hace más de un siglo, un médico vienés se planteaba un tema que todavía tiene en vilo a científicos de todo el planeta, algo que radiografías, tomógrafos y otros artefactos de observación tampoco han logrado dilucidar por completo: de qué se habla cuando se habla de la conciencia, dónde estaría alojada y cómo funcionaría esa suerte de sistema con ribetes místicos del ser humano. “Sigmund Freud se planteó la cuestión de la localización del aparato psíquico y del lenguaje en el sistema nervioso central, ese tema que ahora investigan las neurociencias. Su primera idea era que el lenguaje tenía su sede en el cerebro, pero lo interesante es que abandonó muy pronto esa idea porque le pareció un delirio científico”, recuerda Miquel Bassols, psicólogo español que en abril se convertirá en el nuevo presidente de la Asociación Mundial de Psicoanálisis.

Bassols pasó por Buenos Aires para participar del VI Congreso de ENAPOL (Escuela de Orientación Lacaniana), donde bajo el lema “hablar con el cuerpo” se debatió acerca de cómo las personas se comunican a través del mismo. En una charla con NOTICIAS habló sobre el legado del psicoanálisis a más de un siglo de haber surgido y su relación a veces tirante con las ciencias y el cientificismo. También se detuvo en cómo la idea de lo que son el cuerpo y la mente está cambiado profundamente en una era en la que el organismo ya no es algo inmutable sino una plataforma que podemos modificar ensamblándole artefactos tecnológicos, retocándolo en la mesa de cirugías o merodeando incluso dentro de sus bases genéticas.

Noticias: La idea de que vivimos obsesionados con el cuerpo es casi un lugar común. ¿Desde el punto de vista de su trabajo, esto es realmente un signo de época?

Miquel Bassols: Cada época tiene sus ideales sobre el cuerpo, se han hecho historias de esos ideales a través de la moda o el arte. Pero quizás el mundo contemporáneo sí se caracteriza por hacernos sentir que nuestro cuerpo es frágil. Las experiencias traumáticas en relación con el cuerpo son cada vez más una experiencia posible. Me refiero a explosiones de bombas y episodios de la civilización actual que atentan contra esa unidad del cuerpo. Otra forma de entrar al tema es ver cómo la ciencia incide en nuestra forma de vivir el cuerpo. Yo creo que el hecho de que la ciencia y la medicina se hayan especializado tanto en los tratamientos sobre partes determinadas ha contribuido a hacer del cuerpo una serie de pedazos que incluso se pueden intercambiar. A veces vivimos el cuerpo como un saco de órganos. En ese sentido, el psicoanálisis distingue entre la existencia de un organismo, que puede ser entendido como partes organizadas por lo biológico, y el cuerpo, que para existir requiere de todo un proceso para el que “el otro” es fundamental.

Noticias: La tecnología hoy nos permite reinventar nuestra apariencia, cambiar de sexo. ¿Eso hace que el cuerpo sea más inestable también?

Bassols: Sí, el cuerpo no está dado de entrada. Se puede construir y se está planteando ya en ámbitos de la ciencia ensamblar el organismo con aparatos técnicos. Eso siempre ha sido así de cierta manera, siempre tuvimos incrustadas en el cuerpo partes provenientes de la técnica, pero ahora se da más y se escucha en fantasías y síntomas de mucha gente. De hecho interactuamos con artilugios como el teléfono móvil como si fueran parte de nuestro cuerpo. Además, cada vez aparecen más elementos que permiten vivir de manera más separada del cuerpo: el espacio virtual de internet es un lugar donde el cuerpo es cada vez menos necesario.

Noticias: De afuera uno tiene la idea de que la medicina se ocupa de cuerpo y el psicoanálisis de la mente. ¿Cuesta explicar que esa división no es así?

Bassols: Bueno, es todo un tema actual. Disciplinas como las neurociencias no tienen nada clara esa relación entre mente y cerebro. Hay mucha dificultad para articular una cosa con la otra. Para Freud, el aparato psíquico tenía una ordenación en el cuerpo que no permitía distinguirlo de él. Cuando decimos “hablar con el cuerpo”, decimos que el cuerpo es el aparato psíquico también. Pero es un cuerpo que no se reduce al organismo, no es un conjunto de elementos neuronales sino cuerpo organizado ya por el lenguaje. En ese punto psique y cuerpo están en una continuidad, no hay separación entre una cosa y otra.

Noticias: ¿Entonces no puede haber un cuerpo hasta que no hay lenguaje?

Bassols: Esa es una buena definición. No puede haber cuerpo hasta que no hay lenguaje. Y el cuerpo es un producto del lenguaje. Armamos nuestro cuerpo a partir de las relaciones con los otros, fundamentalmente con la gente cercana, en nuestra infancia y con nuestros padres. Pero también en relación con nuestro partenaire, a partir de relaciones de lenguaje con el otro. Para decirlo de forma clara: ahí es donde el cuerpo se distingue de un organismo. Si un organismo nos viene dado de entrada, con limitaciones y posibilidades equis, el cuerpo es algo que construimos a través de la relación con el otro. Para llegar a tener un cuerpo hay que hacer una serie de procesos y poder hablar con él: se ve en el arte, la danza o el cine, donde el cuerpo encarna un discurso dirigido al otro. Hay sujetos, como los niños autistas, que se rehúsan a eso. No llegan a tener un cuerpo para poder hablar y poder dirigirse al otro.

Noticias: En las últimas décadas hubo una especie de carrera espacial hacia el interior del cerebro. ¿Cómo se acomoda el psicoanálisis a los hallazgos de las neurociencias?

Bassols: Ha habido distintas vías. Primero fue decir que Freud se planteó el tema de la localización del aparato psíquico y del lenguaje en el sistema nervioso central, ese tema que ahora las neurociencias investigan. Su primera idea fue que el lenguaje tenía su sede en el cerebro, pero abandonó muy pronto esa idea, le pareció un delirio científico. Se dio cuenta, porque escuchaba y entendía el lenguaje, que la localización del inconsciente no está en el organismo si no, tomando la idea de antes, en el cuerpo. Esto s algo difícil de hacer entender a cierta línea del psicoanálisis que ha virado hacia las neurociencias y se ha alejado de la idea freudiana de que lenguaje está en la relación con el otro, en una cierta exterioridad. Igual dos de los mejores neurocientíficos, Gerald Edelman y Giulio Tononi, terminan su libro sobre la conciencia diciendo que el problema de la conciencia no se puede entender sin la introduccción de la alteridad y que en esa medida cada persona es distinta, no hay ningún modelo determinado para explicar esa operación singular que establece un sujeto con otro.

Noticias: ¿Usted cree que hay disciplinas hostiles al psicoanálisis?

Bassols: Sí. Hay un movimiento que se puede llamar “cientificismo”, que no es la ciencia sino uno de los efectos de la ciencia, que reduce todo lo que es del ámbito subjetivo a algo cuantificable, evaluable por números y observaciones. Ese discurso siempre va a ser reacio a un discurso como el psicoanálisis. O a cualquier otro que haga aparecer la singularidad del sujeto como algo no reducible a un dato empírico. Pero yo estoy atento a los movimientos actuales de la ciencia y noto que comienza a haber un movimiento de división interna, con científicos que se plantean la cuestión de lo no cuantificable del sujeto, lo no evaluable. Hasta en la física está pasando eso. El psicoanálisis no es una ciencia y debemos partir de eso. No en los términos actuales de lo que la ciencia considera su método y su funcionamiento. Pero a la vez, muchas disciplinas que se consideran científicas tampoco cumplen con esos criterios de “cientificidad”, lo puedo decir de la psicología misma. Hay un movimiento dentro del psicoanálisis, que yo creo que no es el más productivo, de querer convertirlo a toda costa un método científico. Me parece que ahí se pierde lo más sustancial de lo que Freud descubrió y es que el inconsciente no puede ser un objeto científico en los términos actuales de la ciencia porque escapa a los métodos de conocimiento objetivo.

lunes, 9 de diciembre de 2013

Comunicado FAPOL*


Elisa AlvarengaPresidenta
de FAPOL29 de noviembre de 2013

La “Buenos Aires Lacaniana” tuvo lugar, por segunda vez,  del 19 al 25 de noviembre de 2013. En un clima de muy “buena agitación”, llegaron colegas de los diversos lugares de  América, para compartir una intensa semana de trabajo. Las actividades comenzaron el día 19 con la Conversación Clínica del ICdeBA. Durante la misma, fueron  discutidos tres casos de presentaciones de enfermos, que contaron con los comentarios de Eric Laurent.
      El mismo día, en una sala de la Facultad de Psicología de La Universidad de Buenos Aires llena de alumnos, escuchamos la Conferencia de Eric Laurent sobre "Los autistas, sus objetos, sus mundos", que abrió nuevas líneas de investigación. Un acceso a dicha conferencia está disponible a través de un link difundido por las listas de la AMP y las Escuelas de América.
      El día 20 de noviembre tuvieron lugar dos actividades: por la mañana, la Jornada del CEREDA, sobre el tema "Cuerpo, secreto y saber en la infancia"; por la tarde, la Jornada del CIEN, "Me incluyo desde afuera". En ambas actividades, que tuvieron amplia resonancia, se sintió la ausencia de Judith Miller, siempre presente en la orientación y preparación de las actividades del Campo Freudiano. Sin embargo, el día 21, en la Primera Conversación del TyA América, felizmente pudimos escuchar la  carta que ella envió y que permitió percibir su deseo, el que obró como causa de esta animada Conversación. 
      Los días 20 y 21 de noviembre tuvo lugar el Seminario de Formación del INES de la NEL, que reúne anualmente a sus docentes. Esta vez sobre el texto "Lituratierra" de Jacques Lacan, y teniendo como docente invitado a Miquel Bassols.
      El mismo dia, el 21, los colegas de la EBP realizaron el Seminario “Haun - Lecturas del Seminario 19 de Jacques Lacan”. Fue un Seminario muy concurrido, y que contó con la participación de Eric Laurent y colegas de la EBP, de la EOL y de la NEL. En una sala completa, los colegas de Brasil expusieron, con rigor, sus lecturas del Seminario y del aforismo "Hay de lo Uno".
      Ambas actividades siguieron el modo de funcionamiento de los Coloquios-Seminarios propuestos por Jacques-Alain Miller a los colegas argentinos ya en 1991. Dividido en el Argumento, la Disciplina del comentario, la Lógica de la cura y la Perspectiva del concepto, la elaboración colectiva se suma en dicho dispositivo al espíritu de investigación.
      Ese mismo dia también tuvo lugar el Seminario del Instituto Oscar Massota, el IOM2, destinado y con la participación de los colegas argentinos procedentes de las diversas províncias y ciudades del interior del país.
      Los días 22 y 23 fueron dedicados a la razón mayor de nuestra presencia en Buenos Aires, el VI ENAPOL. Su tema, "Hablar con el cuerpo. La crisis de las normas y la agitación de lo real", convocó a colegas de todas las latitudes y longitudes de la FAPOL, que incluye a la EOL con sus Secciones, dos grupos de Chile asociados a la AMP, algunos colegas de Uruguay, la NEL, que reúne Sedes y Delegaciones en diversas ciudades de países hispanohablantes América (como Bolivia, Peru, Colombia, Venezuela, Guatemala, México, Cuba y Miami), y la EBP, con sus Secciones y Delegaciones a lo largo y ancho del Brasil.  
      Es decir, tres Escuelas, alrededor de las cuales gravita una comunidad de trabajo que quiere estar a la altura de la época, estuvieron presentes en el programa, donde “hablar con el cuerpo” nos remite a la presencia de la pulsión, que exige la presencia del analista para el tratamiento de los síntomas contemporáneos.
      El tema del VI ENAPOL fue inspirado por la Conferencia de cierre del Congreso europeo PIPOL V proferida por Jacques-Alain Miller, donde él recuerda que en psicoanálisis, cada vez que presentamos un caso, estamos incluidos en él. El analista permite así al analizante servirse de él para que pueda encontrar lo que tiene de más singular; por eso el discurso analítico va en contra de la masificación.
      De este modo, a medio camino entre el PIPOL VI y el IX Congreso de la AMP, que versará sobre el tema "Un real para el siglo XXI", el VI ENAPOL nos abrió el apetito para viajar y estar en Paris en abril de 2014. 
      El argumento de Eric Laurent, que retoma la histeria en la última enseñanza de Lacan, el esfuerzo de Lacan para ir más lejos que el inconsciente, o aún, la pragmática del decir, resonó en nuestra práctica y animó a los colegas de las tres Escuelas de América durante varios meses de trabajo.
      El fruto de dicho trabajo fue debatido en 14 Conversaciones. La Comisión científica, presidida por Ricardo Seldes, supo inventar así esta nueva modalidad de trabajo, que anudó a colegas más allá de las diferencias de lengua y lugar. Estructuras huérfanas del Nombre del Padre, Diferencia y diversidad de los sexos, Niños amos, Cuerpo y tecnociencia, fueron algunos de los temas, provocativos, que nos hicieron trabajar.
      Nuestro agradecimiento entonces a  la Dirección ejecutiva del ENAPOL y a la Comisión organizadora por el inmenso trabajo realizado, y a todos aquellos que contribuyeron para que estuviéramos reunidos estos días, haciendo efectiva una política del psicoanálisis que hace de estas tres Escuelas, una parte esencial de la Escuela Una.
      Al entusiasmo del trabajo se sumó la alegría de los encuentros: en los cafés, almuerzos y recepciones. No dejaré de mencionar algunos números: casi 1600 participantes, cerca de 1000 argentinos, 380 brasileños y 200 procedentes de la NEL, así como 283 trabajos, dos plenarias y una Conferencia de Eric Laurent sobre "La agitación de las normas y su consecuencia real", nos abren nuevas perspectivas en dirección al Congreso de la AMP. 
      Finalmente, los días 24 y 25, participamos en las Jornadas de la EOL. Bajo El título "Encrucijadas del análisis . Una cita con lo real", se reunieron 1200 participantes y casi 100 trabajos en mesas simultâneas. Estas Jornadas particularmente nos brindaron la posiblidad de escuchar los testimonios del pase de los nuevos AE y AE en ejercicio de la EBP y la EOL. Comentados por Miquel Bassols, Leonardo Gorostiza y Eric Laurent, dichos testimonios nos sorprendieron con sus distintas lógicas de vida y nos conmovieron por la singularidad de la lógica de cada cura, y aún producen resonancias en los cuerpos de cada uno de aquellos que participaron de esta apasionante BAL 2.
      Desde el punto de vista institucional, el Consejo de la FAPOL se reunió el 20 de noviembre con la Dirección ejecutiva del ENAPOL, y discutió, entre los Presidentes y Directores de la EOL, la EBP y la NEL, un dossier en torno a "El arte del control". La idea que guio la conversación fue que el control de la práctica analítica pueda convertirse en un deseo que –más allá de un imperativo superyoico- se transmita en las tres Escuelas de América, en un deseo tan fuerte como el que hizo acontecer el VI Encuentro Americano de Psicoanálisis de la Orientación Lacaniana.

* Federación Americana de Psicoanálisis de la Orientación Lacaniana

Novedad



S U M A R I O

María Hortensia Cárdenas.
Presentación

EL SEXO Y EL AMOR EN EL SIGLO XXI

Marie-Hélène Brousse. Los nuevos desórdenes del amor. El amor, ¿es sin ley?
Comentarios: Lorena Greñas, Amílcar Gómez.

Leonardo Gorostiza. “Pienso, luego se goza”. El cuerpo y los goces en los confines de lo simbólico. Comentarios: Claudia Velásquez, Mercedes Iglesias. Elisa Alvarenga.

Entre la protesta masculina y la aspiración a la feminidad, ¿qué lugar para el amor?
Comentarios: Luz Elena Gaviria, Laura Arciniegas Sánchez y Noemí Cinader.

LA ESCUELA

Miquel Bassols. La AMP: del pacto simbólico a una respuesta de lo real a los veinte años de la creación de la AMP. Alicia Arenas. La Escuela, su orientación.

TESTIMONIOS DEL PASE

Leonardo Gorostiza. Los usos del síntoma al final del análisis. ¿De qué satisfacción se trata?
Comentarios: María Cristina Giraldo, Clara María Holguín y Héctor Gallo.
Silvia Salman. Anudamientos y desanudamientos del amor y el goce en la experiencia analítica.
Comentarios: Marcela Almanza y Mayra de Hanze.
Araceli Fuentes. El fenómeno psicosomático, entre la medicina y el psicoanálisis.

CONFERENCIAS

Guy Briole. El psicoanálisis y los síntomas contemporáneos.
Ricardo Seldes. Hablar con el cuerpo en la obsesión.
Elisa Alvarenga. El cuerpo en la histeria: discurso de la ciencia y discurso analítico.
Graciela Brodsky. Presentación del curso de Jacques-Alain Miller El lugar y el lazo.

EL ANALISTA EN EL SIGLO XXI

Alicia Arenas. ¿Hay un cambio de la posición del analista en la práctica de nuestra época, a partir de los efectos del “nuevo simbólico”?
María Hortensia Cárdenas. La práctica del analista a partir de “lo que hay”.
Juan Fernando Pérez. El “todo vale” y la práctica analítica.
Piedad Ortega de Spurrier. La posición del analista en la práctica de nuestra época.
Comentarios: Leonardo Gorostiza y María Elena Lora.

HABLAR CON EL CUERPO

Gloria González. ¿Posesión demoníaca en el siglo XXI?
Ana Viganó. Cuerpo de mujer.
Raquel Cors Ulloa. La tradición cosmética, cuando lo real era garantía del orden simbólico.
Ángela Fischer. Género y cuerpo: el error común como defensa ante lo real.
Juan Fernando Pérez.Tres momentos en los finales de análisis y el cuerpo.

LA AGITACIÓN DE LO REAL

Julieta Ravard. Cuerpos tóxico-maníacos. Cuerpos de sustancia.
Lorena Greñas. La violencia de pareja -intimate partner violence-, un síntoma actual.
Mónica Pelliza. ¿De qué niño se trata?
Elena Sper. Usos del cuerpo en los autistas.
Ángel Sanabria. La luz encarnada: el cuadro y el cuerpo en Armando Reverón. 

MUJERES DE PAPEL

José Fernando Velásquez. Lacan y Patty Berglund.
Marcia Szajnbok. ¿Qué sabía Virginia Woolf sobre las mujeres?

ACERCA DE LO FEMENINO

José Fernando Velásquez, Marita Hamann, Fernando Schutt, Clara María Holguín, Johnny Gavlovski, María Hortensia Cárdenas, Elida Ganoza, y Jimena Contreras. Lo femenino no solo es asunto de mujeres.
Marie-Hélène Brousse. La histeria no es únicamente femenina.
Silvia Salman. Encuentros con lo femenino. 

NOVEDADES EDITORIALES

Isolda Arango-Álvarez. Culture/Clinic 1. Applied Lacanian Psychoanalysis.
Johnny Gavlovski. Seminarios sobre las psicosis.
Raquel Cors Ulloa. Colofón 33. Cuerpos que hablan.
Fernando Schutt. Sutilezas analíticas.

Bitácora Lacaniana
 Asesor: Leonardo Gorostiza.
Directora responsable: Alicia Arenas.
Directora de la publicación: María Hortensia Cárdenas.
Comité editorial: Marcela Almanza, Jimena Contreras B. y María Cristina Giraldo.

lunes, 2 de diciembre de 2013

Entrevista a Eric Laurent


El psicoanalista francés Eric Laurent, a horas de aterrizar en la Argentina para participar de las jornadas anuales de la Escuela de Orientación Lacaniana (EOL), dijo que en gran parte del mundo contemporáneo se vive una fascinación por la violencia contra uno mismo y contra los otros.

Precisamente, también participará de la 6ª edición del ENAPOL, esta vez presidido por el argentino Ricardo Seldes, que sesionará bajo el título de «Hablar con el cuerpo. La crisis de las normas y la agitación de lo real».

Laurent también presentará su último libro, La batalla del autismoDe la clínica a la política, que editó la casa Grama. Analizante de Jacques Lacan, es uno de los fundadores de la Asociación Mundial de Psicoanálisis (AMP). Publicó más de veinte libros. 

Este es el diálogo que tuvo con Télam desde París. 

T:    Agitación de lo real es un título inquietante. ¿Cómo entenderlo respecto a la cuestión del cuerpo? 

L: Bueno, espero que sea un título unheimlich (inquietante). Se trata de despertar la atención sobre un punto que Lacan hizo para esclarecer ciertas aporías en Freud. En Freud, la zona de contacto entre la ciencia y el psicoanálisis era el funcionamiento de la economía libidinal. Después de 1920, la economía del deseo tenía como horizonte a la pulsión de muerte y un nivel cero de energía —esto es, el principio del Nirvana, como decía Sabina Spielrein—. Esta perspectiva permitía sostener la hipótesis de la vigencia de la segunda ley de la termodinámica, que introduce la inercia entrópica como horizonte energético final. Así, esa hipótesis definía algo como un real en el psicoanálisis. Lacan, a su vez, intentó definir la pulsión de muerte a partir de lo que tiene lugar en la experiencia analítica, sin introducir hipótesis suplementarias. Primero mostró que se podían ignorar aspectos vitales pensados como imaginarios, de la pura repetición significante. En la enseñanza de Lacan (tal como dice Jacques-Alain Miller) aquel fue uno de los paradigmas del goce.

Y siguió: trató (y consiguió) aislar un modo de repetición que no fuera la repetición significante. Definió al Uno del goce que se repite en el horizonte de la experiencia analítica pero que no obedece a las leyes de la repetición significante, y tampoco a la lógica del fantasma. Ese horizonte aparece en los análisis de larga duración. Y esa repetición diagrama un universo sin ley, sin necesidad, que Lacan pensó como encuentro con la contingencia. De esto trata la agitación de lo real. No del imaginario del movimiento browniano que obedece a las leyes de la mecánica estadística sino del encuentro de los cuerpos con la contingencia del goce que introduce la consideración del sinhtome. 

T:    La dietética, la pedagogía, el biopoder, la genética, etcétera. ¿De qué manera esas prácticas, esos saberes, tocan al cuerpo del sujeto del discurso de la ciencia? 

L: En el Seminario XIX, Lacan hace observaciones muy llamativas sobre esto. Por ejemplo, constata que el conocimiento del cuerpo es obtenido primero por la sabiduría de quienes querían aliviarse de la presión del deseo. Son las prácticas que se centraron en la hygiene como principio fundamental del conocimiento de sí. El souci de soi, como decía (Michel) Foucault, permitió la elaboración de un saber sobre el goce a través del control del cuerpo. Y que no tuvo lugar sólo en la filosofía griega, que en la variedad de sus escuelas, siempre tuvo una dimensión de técnica del cuerpo; también en la religión judaica, en la cual el Qohelet es un libro de sabiduría. Atenas y Jerusalén se encuentran en la perspectiva del saber higiénico.

La otra vía de conocimiento del cuerpo, que no se controla con la hygiene, es la enfermedad. Capturado por la enfermedad, el cuerpo revela posibilidades de sufrimiento y de salvación impensables. Pero la alianza entre la medicina y la ciencia ha inventado una nueva experiencia de la enfermedad, que pone al cuerpo en un aparataje inédito, con técnicas cada vez más sofisticadas. El verdadero cuerpo biónico no es tanto el cuerpo sano que sueña extender el poder de sus órganos: es el cuerpo enfermo que se transforma en objeto de experimentación, de nuevas generaciones del mismo medicamento, o/y de máquinas de control y suplencia que componen nuevos organismos. Claro que esto diseña experiencias inéditas de goce corporal de las cuales existen cada vez más testimonios, en los análisis, en los relatos literarios del atravesamiento de una enfermedad potencialmente letal. Las reacciones del cuerpo, su resiliencia tanto como su abandono, tienen un efecto sorpresa que inclina a la medicina contemporánea a salir de la simple consideración sobre los grandes números, la Evidence Based Medicine, para atender una perspectiva de la singularidad. Esta perspectiva moviliza a la genética y a los saberes sobre el cuerpo en un horizonte que trata de encarnar, de hacer presente lo más rápido posible la empresa eponímica de digitalizacion del mundo que es Google. Sus últimas jornadas de estudio tenían como título Hacer retroceder la muerte.

El psicoanálisis nombra otro saber sobre el goce: de la repetición del síntoma y del fantasma hacia la contingencia del síntoma. 

T:    ¿Existe una diferencia entre el sujeto, capturado por el discurso de la ciencia, y lo real que agita a ese sujeto, ese real que se presenta como inasimilable, irrepresentable, imposible de mensurar? 

L: Esa diferencia fue definida por Lacan como una respuesta. Propuso un sujeto respuesta a lo real. Decirlo así implica separarse de las concepciones previas del sujeto. Por ejemplo, el sujeto supuesto por el existencialismo consideraba la reciprocidad imaginaria del  y el Yo como una dimensión fundamental: el sujeto era una respuesta al otro fundamental, una suerte de hermano inteligible desde el principio ético de no hacer al otro lo que no quieres que te hagan. Lacan cambia esa perspectiva fundando el sujeto en relación a lo que usted bien define como inasimilable, irrepresentable, imposible de mensurar. Se trata de un sujeto más vinculado a su angustia que a su prójimo. A condición de considerar que la angustia no es angustia de la muerte sino angustia frente al goce articulado de lo vivo, angustia frente al deseo del Otro. 

T:    Cuando se dice todos solos, todos autistas, todos adictos, ¿qué se quiere decir estrictamente, si se piensan esos sintagmas desde el psicoanálisis? 

L: Si se piensan esos sintagmas desde el psicoanálisis, aparecen como aporías. En un primer nivel, se puede decir que trazan un horizonte común, esto es, cómo se vive la pulsión en la época del discurso de la civilización. En la época del individualismo de masa, existe un registro de soledad para todos que la puede explorar incluso la sociología. La sociología describe a un sujeto encerrado en modos de vivir múltiples pero solitarios, con lazos líquidos hacia el otro (Zygmunt Bauman), relaciones vacías, efímeras al otro de la hipermodernidad (Gilles Lipovetsky) o al refugio de la performance adictiva hasta el cansancio de sí mismo (Alain Ehrenberg) que pueden llevar a la melancolía, al delirio báquico o al terrorismo. Este horizonte común está subvertido por Lacan cuando enuncia: Todo el mundo es loco, es decir, delira, porque reenvía a la manera singular con la cual cada uno delira en este común. En este sentido, el sujeto del delirio singular es una respuesta a lo real que testimonia de otra experiencia que la que describen los sociómanos de Philippe Sollers. 

T:    ¿Es posible que el sujeto del común (del que habla Toni Negri), bajo estas condiciones, sea capaz de pensar una política emancipatoria, teniendo en cuenta los reparos que Lacan tenía al respecto? 

L: Definir al sujeto a partir de lo común es partir de una noción del todo que la experiencia analítica no anula pero pone en cuestión. En ese sujeto del común hay algo demasiado vinculado al (sujeto) husserliano de la fenomenología. Así, se piensa la experiencia del mundo posible a partir de una presencia de evidencias mudas, compartidas como axiomas silenciosos de la experiencia y de la continuidad de la existencia. Es lo que el psiquiatra alemán Wolfgang Blankenburg postuló como las evidencias que definen el sentido común.

Su obra describe lo que sucede clínica y fenomenológicamente cuando se pierde la evidencia natural. En su segunda tópica, Freud también englobó al Yo en función de un Todo transmitido —subraya Lacan— por el sociólogo Gustave Le Bon y su teoría de las masas. Las hipótesis de Massenpsychologie und IchAnalyse (Psicología de las masas y análisis del yo) son criticadas por Lacan desde sus principios. Es conveniente partir de la experiencia del no-todo, el aparato de goce de uno, su síntoma, su fantasma, el delirio singular. Es desde ese punto que se puede considerar un uso no masificante de las identificaciones. Esta dimensión de la cosa se hace evidente cuando se revisa la experiencia del sujeto femenino. Algunas feministas hablan de sororidad como los hombres de fraternidad. Otras subrayan que la originalidad de la posición femenina es la preocupación por el otro, el care, palabra inglesa difícil de traducir en todas sus acepciones. Pero Lacan encontró otra manera de presentar la originalidad de la relación femenina con la identificación. Dijo que las mujeres no tienen la misma tendencia a la identificación narcisista que los hombres porque pueden ser el síntoma de otro cuerpo. Esa alteridad es abierta por el desplazamiento del objeto, punto crucial de lo que Freud aisló como una de las particularidades del Edipo femenino. Entonces, las mujeres no tienen la misma relación que los hombres con la experiencia de la identificación y del Todo. Cuando (Jacques-Alain) Miller habla de la feminización del mundo, esa dimensión aparece cada vez más como un componente de las políticas del todo, sea en la multiplicidad de los modos de vivir la pulsión, o en el pasaje de los derechos humanos a los derechos uno por uno, que implica una desacralización de lo universal. 

T:    Finalmente, en la película Das experiment, de Oliver Hirschbiegel, ¿existiría alguna clave para entender por qué el psicoanálisis de orientación lacaniana está condenado a sobrevivir en este mundo que decidió sepultar la relación del sujeto con su finitud, y se entregó a la acción-reacción del cognitivismo social? 

L: Sin dudas. Hirschbiegel tiene una sensibilidad especial para explorar la emancipación de las formas del Todo. Últimamente se interesó por la princesa Diana Spencer como objeto de experimentación social, el uso que ella hizo de su posición de excepción en relación con un todo, la figura de Princess of the People, como la llamó el responsable de las comunicaciones del ex premier Tony Blair. Hirschbiegel inició su carrera concentrándose en la novela de Mario Giordano, Black Box, inspirada en el experimento de psicología social de Philip Zimbardo en la Universidad de Stanford, California, en agosto de 1971. Wikipedia presenta así la cuestión: 

El experimento de la cárcel de Stanford es un conocido estudio psicológico acerca de la influencia de un ambiente extremo, la vida en prisión, en las conductas desarrolladas por el hombre, dependiente de los roles sociales que desarrollaban (cautivo, guardia). Fue llevado a cabo en 1971 por un equipo de investigadores liderado por Philip Zimbardo de la Universidad Stanford. Se reclutaron voluntarios que desempeñarían los roles de guardias y prisioneros en una prisión ficticia. Sin embargo, el experimento se les fue pronto de las manos y se canceló en la primera semana. Las preocupaciones éticas que envuelven a los experimentos famosos a menudo establecen comparaciones con el experimento de Milgram, que fue llevado a cabo en 1963 en la Universidad de Yale por Stanley Milgram, un antiguo amigo de Zimbardo. El estudio fue subvencionado por la Armada de los Estados Unidos, que buscaba una explicación a los conflictos en su sistema de prisiones y en el del Cuerpo de Marines de los Estados Unidos. Zimbardo y su equipo intentaron probar la hipótesis de que los guardias de prisiones y los convictos se autoseleccionaban, a partir de una cierta disposición que explicaría los abusos cometidos frecuentemente en las cárceles. Los participantes fueron reclutados por medio de anuncios en los diarios y la oferta de una paga de 15 dólares diarios por participar en la simulación de una prisión. De los 70 que respondieron al anuncio, Zimbardo y su equipo seleccionaron a los 24 que estimaron más saludables y estables psicológicamente. Los participantes eran predominantemente blancos, jóvenes y de clase media. Todos eran estudiantes universitarios. El grupo de 24 jóvenes fue dividido aleatoriamente en dos mitades: los prisioneros y los guardias. Más tarde los prisioneros dirían que los guardias habían sido elegidos por tener la complexión física más robusta, aunque en realidad se les asignó el papel mediante el lanzamiento de una moneda y no había diferencias objetivas de estatura o complexión entre los dos grupos. La prisión fue instalada en el sótano del departamento de psicología de Stanford, que había sido acondicionado como cárcel ficticia. 

Acá tenemos una experiencia fuerte de relación entre identificación y goce, o un goce de la identificación que conduce a los sujeto hombres a no a ser síntomas de otro cuerpo sino el estrago de esos cuerpos. En La batalla del autismo recuerdo la experiencia, en la década anterior, de Stanley Milgram, en Yale: se trataba de evaluar el grado de obediencia de un individuo a una autoridad que considera legítima y analizar los procesos de sumisión a la autoridad, en especial cuando ésta induce a acciones que plantean problemas de conciencia al sujeto. Esta experiencia estaba destinada a saber hasta qué intensidad de electroshocks estaban dispuestos a llegar unos adultos para castigar a otros cuando prescribía el castigo en cuestión (y cuyos efectos eran simulados por actores sin que los participantes lo supieran). De quienes se prestaron, muy pocos se resistieron a intensificar el daño. Francia no es el único país donde se ha reflexionado sobre las consecuencias de efectivizar órdenes absurdas de una autoridad convertida en superyoica, obscena y feroz.


Ahora bien, la repetición del resultado de estas experiencias operan como el revés hard de los desplazamientos de la sensibilidad actual. Películas como Zero dark thirty hacen participar sin distancia de sesiones de tortura por el bien común. Y como éxito de librería está Cincuenta sombras de Grey, que da una idea del interés de la época en una supuesta verdad, superior al dolor, como experiencia de goce en el cuerpo. Roman Polanski también captó esto con su Venus à la fourrure. La entrega a la acción-reacción del cognitivismo social, como usted dice, no testimonia un rechazo del sujeto sino una manera contemporánea de vivir la pulsión, en sintonía con la fascinación epocal de la violencia contra uno mismo y contra los otros.