jueves, 30 de octubre de 2014

J.A.Miller en el Teatro Sorano de Toulouse

A continuación pueden acceder al link del video que se proyectó con motivo de la presentación del curso de Jacques-Alain Miller: "El ultimísimo Lacan" en la Escuela de Orientación Lacaniana (EOL) en Buenos Aires, el pasado 14 de mayo de 2014.


http://entrelibros.eol.org.ar/ediciones/011/default.asp#Primera-Noche-de-Biblioteca


  J.A.Miller en el Teatro Sorano de Toulouse

miércoles, 15 de octubre de 2014

Entrevista a Bernard Seynhaeve


 

https://www.youtube.com/watch?v=fCiU1aoEgS8

 

Entrevista al psicoanalista Bernard Seynhaeve durante la II Semana del Autismo en Bogotá del 1 al 8 de agosto de 2014 organizada por la Antena Infancia y Juventud (www.infanciayjuventud.co). La traducción es de Vilma Coccoz y las preguntas las realizó la periodista Tatiana Ahumada para el Canal I de TV Institucional de Colombia.  Haz click en la foto para ver el video.



NOVEDADES DE LIBRERÍA

Les informamos a todos los interesados que el Seminario 6 de Jacques Lacan, los libros de editorial Grama, la revista Bitácora Lacaniana 3, la publicación del SIC sobre Extimidad y otras publicaciones de la NEL, ya están disponibles en la sede de la Escuela con precio más favorable que otros puntos de venta. ¡¡Los esperamos!!


Nueva Escuela Lacaniana de Psicoanálisis NEL-Bogotá

Horarios de Atención:
lunes de 9 a 1 pm
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jueves de 3:30 a 7:30 pm
Teléfonos: 611 35 11 - 611 2953


Comentario a un pasaje de Lacan del Seminario 20, "Aun"

           Yuanhoa Gao

Por: Beatríz García



Intervención en el Seminario “Hombres, mujeres, cuerpos. Los efectos de un análisis sobre el goce”, dictado por Elisa Alvarenga en la NEL Bogotá, septiembre 5 y 6 de 2014.


Referencia a comentar:
LACAN, J.  El Seminario, libro 20, Aun, Buenos Aires, Paidós, 2012, p. 113-114:
“El análisis presume que el deseo se inscribe a partir de una contingencia corporal. Al falo … la experiencia analítica cesa de no escribirlo … lo que he llamado contingencia. La experiencia analítica encuentra ahí su término, pues lo más que puede producir, según mi grama, es S1, significante del goce, goce del idiota, goce también singularísimo. El no cesa de no escribirse es lo imposible: la relación sexual no cesa de no escribirse. Con eso, la aparente necesidad de la función fálica se descubre no ser más que contingencia. La contingencia es aquello en que se resume lo que somete la relación sexual a no ser, para el ser que habla, más que el régimen del encuentro. Sólo como contingencia, por el psicoanálisis, cesó el falo de no escribirse”.

Comentario:
La referencia de Lacan, propuesta por Elisa Alvarenga, que me corresponde comentar, se encuentra en el capítulo VIII, acápite 2, del Seminario 20, Aun, que se denomina, “El saber y la verdad” que es el capítulo que sigue a “Una carta de almor”, en el cual Lacan escribe las fórmulas de la sexuación, y con ello muestra la lógica propia de los goces, del lado macho, masculino, y del lado mujer, femenino. Para el comentario, me he apoyado en los dichos de Lacan que corresponden a los puntos suspensivos del texto propuesto, y en otros de sus Seminarios.
El texto a comentar hace énfasis en la contingencia del falo, en tanto, dice Lacan, pertenece al régimen del encuentro y no de lo necesario como se había considerado hasta antes de que el psicoanálisis lo pusiera en evidencia y con ello a la vez que enfatiza la imposibilidad de la relación sexual, plantea al amor como suplencia.
La función del falo como causa de deseo está ligado a la lógica de la falta que introduce la castración. En el Seminario 5, Las formaciones del inconsciente (1957-1958), Lacan se detiene en el tema y afirma que el encuentro con la castración revela la falta y con ello se abre para el sujeto el camino del deseo y la búsqueda del Ideal que facilita el Nombre el Padre. En su exposición, Lacan enfatiza que si bien la niña irá  en busca del falo del padre, ante su negativa, irá en busca de su amor. El falo se sitúa como causa por excelencia del deseo, y con ello parece situarse en el terreno de lo necesario, con lo cual continua la tradición de los tiempos antiguos cuando estaba reservado a los Misterios y era motivo de rituales y ceremonias relacionados con la reproducción de la vida.
En el Seminario 11,  los Cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis (1964), Lacan se refiere al rasgo unario del sujeto y dice que éste esta representado por un significante representante de otro que no tiene significación, pero que es el que orienta la cadena de sentido. En el Seminario 17, “El reverso del psicoanálisis(1967-1968), cuando  establece los cuatro discursos, el S1, es el significante de la identificación que comanda el discurso del amo, y es en el discurso analítico, cuando el S1 ocupa el lugar del producto, que caen las identificaciones y el inconsciente se va desabonando hasta llegar finalmente a un S1,que carece de significación. En el Seminarios 19, ...o Peor (1971) y en el 20, Aun (1972-1973), aborda el discurso analítico y de nuevo señala que el S1 se produce continuamente y se descubre como significante de goce, sustancia de goce, que se itera al modo de enjambre (S1, S1, S1...) y da cuenta de un goce Uno, “goce del idiota”, que no participa del Otro, y que también es el goce más “singularísimo”. 
Este doble señalamiento, le ha permitido a Jacques Alain Miller afirmar que de acuerdo con la última enseñanza de Lacan, en el final del análisis ya no se trata de un pase revelación, donde se da cuenta de un saber que se relaciona con la caída de S1, como significante amo, tal como lo formula la “Proposición del 1967”, sino de una orientación a lo real que busca develar ese S1 de goce, previó a la introducción del Nombre del Padre, que habla de un acontecimiento de cuerpo, de un goce Uno, que J. A. Miller define como goce previo, amorfo, femenino, anterior al goce fálico.
La experiencia analítica ha permitido resumir la función fálica en su  contingencia, en el Cesa de no escribirse que es diferente, dice Lacan, de No cesa de escribirse que pertenece a lo necesario, en lo que se inscribe el falo cuando se habla de la castración. Más adelante, en el último capítulo del Seminario 20, “La rata en el Laberinto”, Lacan, se refiere al régimen del encuentro con estas palabras: “La contingencia, la encarné en el cesa de no escribirse.  Pues no hay allí más que encuentro, encuentro, en la pareja, de los síntomas, de los afectos, de todo cuanto en cada quien marca la huella de su exilio, no como sujeto sino como hablante, de su exilio de la relación sexual” (175).
El Cesa de no escribirse,  que hace referencia a la contingencia, al encuentro, se diferencia del No cesa de no escribirse, que incluye la doble negación, la imposibilidad, y del No cesa de escribirse que se refiere a lo necesario.
Es pues desde el S1, en tanto lugar de exilio del sujeto, desde donde es posible que el amor llegue como ilusión y haga suplencia de la no relación sexual que pertenece al régimen de lo imposible.  Dice Lacan: “ilusión de que algo no solo se articula sino que se inscribe, se inscribe en el destino de cada uno, por lo cual durante un tiempo, tiempo de suspensión, lo que sería la relación sexual encuentra en el ser que habla su huella y su vía de espejismo. El desplazamiento de la negación del cesa de no escribirse al no cesa de escribirse, de contingencia a necesidad, este es el punto de suspensión del que se ata todo amor” (175).
El S1, en todo lo que encarna de contingente, en ese cesa de no escribirse es el que permite que el amor subsista, que tiende a desplazar la negación al no cesa de escribirse y enfatiza que “no cesa, no cesará”, lo cual es posible “por vía de la existencia del inconsciente, y no de la relación sexual que son distintas: hace el destino y también el drama del amor” (175). Miller en La erótica del tiempo, siguiendo a Lacan, señala que son las sorpresas del amor las que desmienten lo imposible de la relación sexual, y que es ahí, cuando sobre el fondo de lo imposible se da el encuentro contingente, que aparece una dimensión real del amor. (46). 
Bibliografía:
-. Alvarenga, Elisa. La contingencia del falo y la fuga de sentido. wapol.org/ornicar/articles/192alv.htm 
-. Lacan, J. 2010. El Seminario 5.  Las formaciones del Inconsciente (1957-1958).  Buenos Aires: Paidós. 355
-. Lacan, J. 2006. El Seminario 11. Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis (1964). Buenos Aires: Paidós.
-. Lacan, J. 2004. El Seminario 17. El reverso del psicoanálisis (1969-1970). Buenos Aires: Paidós.
-. Lacan, J- 2012. El Seminario 19. ...o peor (1971-1972). Buenos Aires: Paidós. 
-. Lacan, J. 2004. El Seminario 20. Aun (1972-1973). Buenos Aires: Paidós.
-. Miller, J.A. 2001. La erótica del tiempo. Buenos Aires: Tres Haches.
-. Miller, J-A. 2011. Sutilezas Analíticas. Buenos Aires: Paidós.
-. Miller, J-A. 2011. Seminario El Ser y el Uno. Versión digital.

viernes, 3 de octubre de 2014

Vencer el rechazo a lo femenino, un obstáculo para hombres y mujeres


      Artista: Ray Caesar

Por: Florencia Reali


En Análisis terminable e interminable Freud escribe lo siguiente:
“En ningún momento del trabajo psicoanalítico se sufre más de un sentimiento opresivo de que los repetidos esfuerzos han sido vanos y se sospecha que se ha estado «predicando en el desierto» que cuando se intenta persuadir a una mujer de que abandone su deseo de un pene porque es irrealizable, o cuando se quiere convencer a un hombre de que una actitud pasiva hacia los varones no siempre significa la castración y es indispensable en muchas relaciones de la vida.” [1]
En este párrafo, Freud habla sobre la resistencia en análisis y el rechazo a la feminidad. Apunta a algo que en el siglo XXI toma cada vez más fuerza dentro de la orientación Lacaniana, y es la idea de que el éxito en análisis depende, en parte, de un giro hacia la posición femenina. La enseñanza de Freud, marcada por el superyó de la época, ha sostenido al padre. Sin embargo, en 1937, Freud nos advertía que había que dejar caer algo de lo masculino, es decir, que para lograr una cura es importante vencer el rechazo a la feminidad. En otro párrafo de Análisis T e I, Freud dice:
“Con frecuencia tenemos la impresión de que con el deseo de un pene y la protesta masculina hemos penetrado a través de todos los estratos psicológicos y hemos llegado a la roca viva, y que, por tanto, nuestras actividades han llegado a su fin. … El rechazo de la feminidad puede no ser otra cosa que un hecho biológico, una parte del gran enigma de la sexualidad. Sería difícil decir sí y cuándo hemos logrado domeñar este factor en un tratamiento psicoanalítico”[2]
¿Cómo se entiende hoy el rechazo de la feminidad?  En La significación del falo, Lacan retoma a Freud y afirma que de todo análisis quedan secuelas que resultan del complejo de castración en el inconsciente masculino y del penisneid en el inconsciente de la mujer. Freud ya notaba la importancia de vencer estas resistencias, pero no sabía muy bien cómo hacerlo. Lo femenino para Freud era un misterio, en parte porque la sexualidad femenina no encajaba del todo en la lógica edípica. Lacan da un paso más y orienta la cura, sobre todo hacia el final de su enseñanza, advirtiendo la importancia de que el analizante, ya sea hombre o mujer, avance hacia la posición del no-todo femenino.  Éste es un movimiento orientado entonces hacia un goce diferente, más allá de la lógica fálica. Lacan va más allá del Edipo y para ello se sirve de las fórmulas de la sexuación. Allí se formaliza un goce donde el sujeto hablante, hombre o mujer, está no-todo inscrito en la función fálica.
¿Cómo es posible acceder a una posición más femenina en análisis? Ésta es una pregunta clínica. Lacan nos orienta, por el dado del goce y nos da una pista: el goce femenino apunta a algo que queda por fuera del sentido. Los testimonios del pase nos enseñan que hacia el final de análisis el analizante se encuentra con significantes vaciados de sentido.  Entonces, el atravesamiento del fantasma, el más allá del Edipo para Freud, depende de dar un paso más allá del simbólico: se produce un encuentro con la marca del significante sobre el cuerpo. ¿Pero que tiene que ver este “por fuera del sentido” con la mujer? La mujer, dice Lacan es no-toda y por lo tanto, no puede escribirse completamente en el simbólico. Algo de la mujer queda por fuera del sentido, porque es no-toda. Y es ése vaciamiento de sentido es lo que permite el encuentro del significante y el cuerpo y la construcción de un sinthome. Ese, entonces, es el giro hacia lo femenino.
En un artículo reciente, publicado en Bitácora Lacaniana, Silvia Salman propone que es posible inventar una mujer mediante la experiencia de análisis. La formula “la mujer no existe” de Lacan resulta útil para orientar la cura. Como explica Salman,  el “no hay”, el “no existe” dan lugar a un vacío que permite una invención y la aparición de lo singular. A este movimiento hacia lo singular apuntaba Freud también cuando planteaba las condiciones para un análisis exitoso: era necesario vencer las resistencias del rechazo a lo femenino. Porque sólo desde el no-todo, lugar femenino, podemos inventar ese uno-por-uno tan particular de cada cual.
Es importante distinguir el giro hacia la posición femenina en análisis de la noción de feminización del mundo de la que nos habla Miller en El ser y el Uno.  La feminización del mundo describe la desregularización de lo real que remite a los excesos de la época y sus consecuencias. Esto se traduce en un exceso de goce, las clínicas de la adicción, el consumo ilimitado, en los síntomas producidos por la caída del simbólico. Por otro lado, y a diferencia de lo anterior, la posición femenina del final de análisis se construye desde el discurso analítico y se orienta hacia una posición subjetiva más abierta a las contingencias, menos condicionada por la repetición, una posición más viva y corporal.

¿La invención del uno-por-uno en análisis, es igual para el hombre y en la mujer?
Para llegar una posición de no-todo, Freud nos adelanta que es necesario que el hombre sea capaz vencer la amenaza de castración y la mujer el penisneid. En La Organización genital infantil (catorce años antes de Análisis terminable e interminable), Freud distinguía a los dos sexos de acuerdo a la lógica de tener fálico: el varón lo tiene mientras que la niña no. En la significación del falo, Lacan le da una vuelta más a esto y plantea que la solución femenina no es por la vía del tener sino por la vía del ser (el falo).
Es decir, que al igual que el hombre, la mujer participa de la relación al falo. Porque tanto el tener o ser el falo son soluciones que el sujeto encuentra frente al encuentro con la castración, el encuentro con la falta en el Otro. Entonces, el giro hacia lo femenino depende, tanto en el hombre como en la mujer, de la aceptación del límite fálico, de un saber hacer con la amenaza de castración o el penisneid de los que nos hablaba Freud.
Retomando la pregunta sobre el éxito en análisis, Lacan nos enseña que se trata de apuntar a un deseo singular, de inventarse el uno-por-uno en análisis. Y retomando el párrafo de Freud: para vérselas con el deseo singular hay que antes vencer el rechazo a lo femenino. El atravesamiento del fantasma, el encuentro con lo singular, el acceso a la posición femenina, todo eso depende de haber podido arreglárselas con las amenazas de castración particulares de cada cual. Sobre eso nos advertía Freud.   
Termino con una frase de Lacan, seminario 23: "Me permito afirmar que el sinthome es precisamente el sexo al que no pertenezco, es decir, una mujer"[3]

[1] Freud, Sigmund, “Análisis terminable e interminable “, Obras Completas, Biblioteca Nueva, 1937.
[2] Freud, Sigmund, “Análisis terminable e interminable “, Obras Completas, Biblioteca Nueva, 1937.
 [3] Lacan, J., El Seminario, Libro 23, El sinthoma, Editorial Paidós, Bs. As., 2011, p.99.