lunes, 1 de abril de 2019

Indignación, objeción de conciencia y singularidad - Carla Bravo Reimpell

Me propongo explorar la posible relación entre la indignación, entendida como la respuesta en lo subjetivo -y por qué no, en el cuerpo- que acontece cuando “…nuestra singularidad es cuestionada, desconocida, rechazada o arrasada…” (1), con el concepto de objeción de conciencia, que remite al derecho a resistir los mandatos de la autoridad cuando contradicen los principios éticos de un individuo.



Comenzaremos por la mención que hace Lacan de la objeción de conciencia en su escrito “La psiquiatría inglesa y la guerra”, en el que hace un reconocimiento a la labor de la psiquiatría, en especial al trabajo de Rickman y Bion, en la moral y consiguiente victoria del ejército inglés durante la II Guerra Mundial. Como muestra del “respeto debido a todos los hombres” (2), Lacan expresa:

“Baste con recordar que, a través de las más estrictas exigencias de una guerra vital para la colectividad, y el desarrollo mismo de un aparato de intervención psicológica que ahora ya es una tentación de poder, en Gran Bretaña se mantuvo el principio del respeto por la objeción de conciencia” (3).

Al afirmar que “…no es de una indocilidad demasiado grande de los individuos de donde vendrán los peligros del porvenir humano” (4), Lacan ratifica que el problema está precisamente en la posición contraria, cuando “…los oscuros poderes del superyó se coaligan con los más cobardes abandonos de la conciencia…” (5), resaltando así el lugar que confiere a lo singular, aun en las peores circunstancias sociales y políticas.

La objeción de conciencia podría ser ubicada en este punto donde, como menciona José Manuel Ramírez en su artículo titulado “Un refugio para la convicción”, una “ley aplastante” intenta imponerse sobre “un asunto de conciencia” que toca lo más íntimo del sujeto, avasallando su “universo simbólico de pertenencia” (6). Habría que pensar que su particular manera de gozar también queda comprometida.

Esta “ley aplastante”, que emana del superyó, hace presencia en tanto voz portadora de la demanda a la obediencia ciega en favor de lo instituido, mostrándose así como goce que se cubre con los ropajes del ideal.  La objeción de conciencia, por otra parte, no debe entenderse como una negación o una abolición e la ley, sino como una posición singular que apuntaría al no-todo de la ley, que en definitiva lo que hace es agujerearla. Ramírez ubica entonces la objeción de conciencia del lado del deseo, en tanto “…resguardo contra el poder…por el que se puede alcanzar un goce que no sea mero sufrimiento y muerte por la sujeción a la ley” (7).

Entendemos, un deseo y un goce que “…implicarían una soberanía nueva del hombre sobre su destino” (8), tal como lo plantea Antoni Vincens, concepción que sería el gran aporte del psicoanálisis al problema de la dignidad humana. Vincens agrega sobre ambos conceptos: “Son indestructibles como tales. Si estas palabras tienen sentido, ninguna crisis histórica puede rebajar el valor de dignidad que da nuestra relación con el deseo y el goce” (9). Deseo y goce del Uno, que definirían una dignidad que para el psicoanálisis “proviene de lo que está más alejado de la naturaleza del hombre” (10), naturaleza que alude no solo al factor biológico, sino también en el sentido de “lo que vivimos como lo más natural del mundo” (11), que nos ubica en la identificación colectiva. Así, la dignidad a la que apunta el psicoanálisis va más allá de lo universalizable para la condición humana, como lo que por ejemplo instituye La Declaración Universal de los Derechos Humanos. Puede, incluso, contrariar ciertas leyes -subjetivas o de lo social- en tanto sean del orden de la imposición que uniformiza. Queda situada así la dignidad en el terreno de la diferencia, espacio en el cual tendría cabida la objeción de conciencia como noción que implica una ruptura con la establecido, con el “para todos”. Ahora bien, ¿cómo ubicar esa ruptura, tanto en la situación analítica como en el contexto social, de manera que se pueda precipitar el deseo y un goce nuevo?

En cuanto al deseo, nos topamos con el problema de la mutación permanente del deseo en demanda, frente a lo cual Vincens responde desde su posición analítica: “el proceso de un psicoanálisis consiste en dignificar la demanda, hasta llegar a depurarla de tal modo que la demanda pierde su objeto…es un momento en el cual la demanda no demanda nada, no pide nada” (12). Desarticulada entonces la demanda, en tanto “ley aplastante”, de todo objeto, se podría pensar en el advenimiento del deseo y de un goce precisamente diferente, que no se sustenta en el sometimiento a una ley, sino en el síntoma, es decir, en lo más singular. Entonces, al operar “la separación del objeto de nuestro goce” (13) sufriente, que venía vehiculizado por el síntoma, restará el síntoma como curación, de lo cual da cuenta esta hermosa paradoja: “El síntoma es finalmente aquello de lo que en un principio queríamos separarnos, (pero) en realidad contiene en su seno nuestra propia dignidad” (14).

Esta es la misma idea que plantea Miller en “La salvación por los desechos”, si bien agrega que “…el goce profundamente autista de lo Uno” (15) al cual nos referimos como lo que resta del análisis, “lo que cae, lo que se desprende…pedazo, pieza suelta” (16) estaría en un estado “crudo” y por tanto no tendría “dignidad con qué revestirse” (17). Y, si de dignidad se trata, habría que pensar que es posible conectar ese goce con el discurso del Otro, en tanto sublimado, relanzándolo al lazo social.

Si esta es la concepción y el abordaje con el que opera el psicoanálisis en el uno por uno, habría que ver cómo se sustentaría esta propuesta de dignidad humana, frente a la indignación, en el ámbito de lo colectivo. Dejamos esta pregunta abierta.

Ahora, quisiéramos intentar ilustrar, con unos breves ejemplos, ese movimiento que parte de la indignación y que se enlaza con la objeción de conciencia en el camino hacia la dignidad.

Una objeción en la práctica psicoanalítica:

En el texto “Un refugio para la convicción”, Ramírez refiere el siguiente extracto clínico:

“Dice una paciente, ya mayor, y con un profundo sentimiento de culpa, que le parecía todavía escuchar (la voz) de esa monja alta, flaca, alemana, decirles a ella y a sus compañeras de escuela ‘¡No hagan de sus vientres una tumba!’, aludiendo al aborto. Ella se hizo ese aborto y es de esa culpa que está queriendo deshacerse en análisis…Asumir su deseo es la cuestión” (18).

Una objeción política en lo social:

“Soy católico, pero me parece equivocado alegar este motivo cuando en mi país los obispos tienen graduaciones y honores militares y presiden los desfiles…Creo mejor plantearlo por motivos éticos” (19).

Se trata de la declaración, en Consejo de Guerra, del primer objetor de conciencia al servicio militar obligatorio por motivos éticos en España, a comienzos de la década de los 70. Este hombre hizo manifiesta su objeción negándose “…rotundamente a obedecer la referida orden de vestir el uniforme militar” (20). Con este acto, se llevaría al terreno político una acción que antes solo tenía lugar cuando se alegaban motivos de orden religioso, y se daría inicio a un nuevo movimiento social, el “movimiento de insumisión”.

Una objeción en la política del campo psicoanalítico:

En el texto antes mencionado, “La salvación por los desechos”, Miller hace los siguientes planteamientos, refiriéndose a la clínica de la desinserción como política de atención pública desde el psicoanálisis lacaniano:

“…se adoptó un método de provocación institucional que apuntaba a suscitar demandas levantando los obstáculos…en adelante se trataría gratuitamente y los pacientes, esperándolo, se dirigirían a un colectivo y no a un individuo…esta gratuidad del tratamiento implicaba su duración limitada…se añadió un elemento y me declaro culpable…esta nueva institución sería financiada por una subvención pública” (21).

Introducidas estas variantes en la atención en los CPTC, Miller detectó que lo que confiere especificidad al psicoanálisis, que es el discurso del analista, quedaría borrado en esta alianza con el discurso del amo. Así, la singularidad de la posición analítica, que estaría en el “haber logrado sublimar lo suficiente su decadencia -su ser de desecho- para elevarla a la dignidad de una práctica, es decir, de un objeto de intercambio” (22) se perdería ante la inserción del psicoanálisis en el mundo de las exigencias del Otro. Luego de esta tentativa, concluye Miller: “afortunadamente hemos vuelto atrás” (23).

Referencias:
1. ARENAS, Gerardo, 2018: “La ética de lo singular”. Lacan XXI, Revista FAPOL Online [en línea], Vol. 1 [consulta: 19 de febrero de 2019]. Disponible en: http://www.lacan21.com/sitio/2018/05/04/la-etica-de-lo-singular/
2. LACAN, Jacques, 1947: “La psiquiatría inglesa y la guerra”. Elseminario.com.ar [en línea] P. 11[consulta: 5 de febrero de 2019].
Disponible en: http://www.elseminario.com.ar/biblioteca/Lacan_La_psiquiatria_inglesa_y_la_guerra.pdf
3. Ibídem, p.11
4. Ibídem, p.11
5. Ibídem, p.11
6. RAMIREZ, José Manuel, 2014: “Un refugio para la convicción”. Página 12 [en línea], 14 de agosto de 2014, sección Psicología [consulta: 19 de febrero de 2019].
Disponible en: www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/rosario/21-45334-2014-08-14.html
7. Ibídem
8. VINCENS, Antoni, 2009: “La dignidad humana”. En Todavía Lacan/ conferencias organizadas por el Instituto del Campo Freudiano en Granada [en línea], [consulta: 13 de febrero de 2019]. Disponible en:
http://www.radiolacan.com/es/topic/79/5
9. Ibídem
10. Ibídem
11. Ibídem
12. Ibídem
13. Ibídem
14. Ibídem
15. MILLER, Jacques-Alain, 2010. “La salvación por los desechos”. En: NEL Ciudad de México/Nueva Escuela Lacaniana del Campo Freudiano [en línea], [consulta: 17 de febrero de 2019]. Disponible en: http://www.nel-mexico.org/articulos/seccion/radar/edicion/61/59/La-Salvacion-por-los-desechos
16. Ibídem
17. Ibídem
18. RAMIREZ, José Manuel, 2014. “Un refugio para la convicción”. Página 12 [en línea], 14 de agosto de 2014, sección Psicología [consulta: 19 de febrero de 2019].
Disponible en: www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/rosario/21-45334-2014-08-14.html
19. OLIVER OLMO, Pedro, ¿? “Los iniciadores del movimiento de objetores de conciencia (1971-1977) Antimilitaristas.org [en línea], [consulta: 7 de febrero de 2019]. Disponible en:
www.antimilitaristas.org/IMG/pdf/iniciadores_movimiento_objecion_conciencia_Pedro_Oliver_.pdf
20. Ibídem, p. 4
21. MILLER, Jacques-Alain, 2010. “La salvación por los desechos”. En: NEL Ciudad de México/Nueva Escuela Lacaniana del Campo Freudiano [en línea], [consulta: 17 de febrero de 2019]. Disponible en: http://www.nel-mexico.org/articulos/seccion/radar/edicion/61/59/La-Salvacion-por-los-desechos
22. Ibídem
23. Ibídem

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