Beatriz García Moreno
El cartel formaciones del inconsciente, surgió de una política de
la dirección de la NEL Bogotá, en el período 2010, 2012, cuando propuso la
creación de carteles como dispositivo para llevar adelante una tarea de
transmisión del psicoanálisis, en torno al seminario 5 “Formaciones del
inconsciente” de Lacan que se proponía desarrollar en el marco del Seminario de
Orientación Lacaniana, desarrollado con invitados internacionales.
Atendí ese llamado y entré a funcionar como más uno, en un cartel
que se conformó en su mayoría, con personas que tenían alguna trayectoria
anterior, y otras que se acercaban por primera vez a la lectura de Lacan, y a
la Escuela. En tanto que el trabajo que se iniciaba respondía a la convocatoria
del Directorio del momento, que buscaba enlazarlo al Seminario SOL, se
consideró tratarlo como cartel ampliado con variación en el número de
participantes. Sin embargo puede decirse que a través del trabajo, que tuvo una
duración de año y medio, hubo un grupo permanente de cuatro más uno, que en los
últimos seis meses se amplio a siete más uno. Esta modalidad permitió que se
acercaran al cartel diferentes personas, algunos asociados y otros quizás curiosos
por el tema que se abordaba.
Con el fin de instalar el trabajo de cartel, desde un comienzo se
fijaron las reglas de juego: se dio nombre, “Formaciones del inconsciente”, se
declaró a la Escuela, que como se dijo, fue la promotora, se hizo un primer
reconocimiento del seminario, y se decidió leerlo por capítulos. El orden de
lectura se fijó por sorteo, de acuerdo con la propuesta de Lacan, con el fin de
evitar un orden por el que más sabe, o por identificación entre los
participantes. Como muchos no conocían el mecanismo del cartel, el más uno
explicó de que se trataba, e interpeló a cada uno sobre el interés que los
motivaba a participar del cartel, apuntando con ello a diferenciarlos y a qué
pudieran formular su propia pregunta.
La entrada individual de cada uno que definiría su rasgo y
empezaba a dar cuenta de su singularidad, fue formulada por primera vez, luego
de algún tiempo de trabajo cuando se tenía la posibilidad de un mayor
acercamiento al tema. La elaboración singular de cada cartelizante fue puesta a
discusión en diferentes momentos del trabajo, cuando se hizo pausa en la
lectura, y se atendió a la enunciación particular. Los últimos dos meses se
dedicaron a esa enunciación singular de cada cartelizante, y es así que cada uno
formuló su propia pregunta:: Florencia Reali, “Necesidad-demanda-deseo.
Articulación y algunas diferencias”, María Fernanda Cañas, “El entramado de la
singularización: entre el fantasma y la fantasía”, Hernán Fonseca “Una lectura
del objeto en el primer tiempo del Edipo”, Clara Janneth Suárez “¿Quién en
verdad se es?”, María Elena Córdoba “El sujeto en los desfiladeros del deseo”, Clarisa
Harari, “El concepto de deseo. Su referencia en la histeria y en la neurosis obsesiva”,
Marino Segura “Cómo se configura la culpa en el obsesivo”. Mi rasgo lo enuncié
como “Los Otros del grafo del deseo”.
Con la reunión de hoy donde se pone a cielo abierto los productos
de cartel, se invita a la Escuela a ser interlocutor del trabajo producido, y
con ello se da cierre a un trabajo continuo que permitió ahondar en este
importante seminario.
Sólo me resta agradecer a los participantes por su trabajo
permanente y su entusiasmo que permitieron hacer de la reunión de cartel un
festín como propone Miller, cuando se refiere a la transmisión del
psicoanálisis, donde cada uno libidinizó su trabajo.